Playa de Las Galletas
A 15 km de los núcleos turísticos de Playa de Las Américas y Los Cristianos se encuentra el enclave costero de Las Galletas.
Su costa, abastecimiento de pescadores ayer y hoy, es transitada por gente del lugar convirtiendo la Playa de Las Galletas en una de las de mayor ambiente local del municipio de Arona.
El mercado de pescado, y la Marina del Sur, le confieren un peculiar aspecto marinero. Es frecuente encontrar pescadores realizando su actividad diaria, tejiendo redes o habilitando sus barcas para el ejercicio cotidiano de la pesca.
Sin duda alguna la Playa de Las Galletas muestra al visitante un claro ejemplo del más puro ambiente local, donde el turismo se mezcla con los lugareños durante todo el año.
Como llegar
Salida 25 de la autopista TF1 en dirección Las Galletas. En transporte público: Líneas 115 desde Santa Cruz, 467 y 470 desde Los Cristianos-Playa de Las Américas y Golf del Sur.
Características
Longitud: 420 metros
Anchura: 25 metros
Grado de ocupación: medio
Zona de fondeo: dispone de pantalanes y zona de fondeo para barcos.
Ubicación física: En una de las principales vías de entrada al núcleo costero de Las Galletas.
Proximidad al núcleo turístico: Sí.
Accesos a la playa: para peatones. Aparcamiento público en las inmediaciones.
Tipo de playa: natural
Condiciones de baño: Aguas tranquilas
Morfología: Playa mixta de grava y arena.
Servicios prestados
-Alquiler de hamacas
-Lavapiés
-Papeleras
-Baños
-Servicio de limpieza
-Torre de vigilancia
Datos históricos
Las Galletas nace como núcleo vinculado a la pesca y al marisqueo en sus bellos bahíos.
La Playa de Las Galletas es aquella en la que los pescadores varaban sus barcos y sobre los negros “callaos”, sus mujeres clasificaban el pescado, dispuestos en cajas o cestas para su venta.
En la orilla de la Playa de Las Galletas se levantaba “El Salónâ€, hoy desaparecido pero aún presente en la memoria de sus vecinos.
El Salón, era una construcción de principios del siglo XX, y está relacionado al cultivo del tomate.
En el Salón se almacenaban los tomates a la espera de ser trasladados en barcos de cabotaje a Santa Cruz, capital de la isla, para su posterior exportación.
