Arqueología en Gran Canaria

El conjunto cultural y artístico aborigen más rico del Archipiélago canario se encuentra en Gran Canaria.

La nota predominante la marcan los yacimientos con pinturas rupestres en cuevas como la Cueva Pintada de Gáldar, una cueva artificial excavada en la toba volcánica y cuyas paredes aparecen decoradas con frisos de motivos geométricos hechos a base de cuadrados, triángulos y círculos en colores rojizos, ocres y blancos, similares a las encontradas en cerámica y pintaderas que predominan en la artesanía grancanaria. No menos espectacular es el poblado que se ha descubierto a su alrededor tras más de veinte años de excavaciones arqueológicas, y en el se puede contemplar los restos de casas en cuyo interior se conservan los ajuares que dan testimonio de las actividades que se desarrollaban en ellas.

Tras una minuciosa rehabilitación y conservación de sus pinturas rupestres, este yacimiento arqueológico es una cita obligada que no deben perderse aquellos que deseen acercarse y disfrutar del patrimonio cultural y artístico de Gran Canaria. Su descubrimiento data del año 1873, y su extraordinario valor histórico favoreció que desde 1970 las instituciones impulsaran la conservación de sus pinturas rupestres.

Otro grupo de yacimientos, que no pueden dejar de visitar el turista en Gran Canaria son los graneros de los pobladores prehispánicos. No todos han afrontado el paso del tiempo con la misma suerte y junto al de Risco Pintado (Temisas), El Álamo (Acusa Seca) o el de la cara sur del Roque Bentayga (Tejeda), el ejemplo más clarificador de estos depósitos fortificados es el del Cenobio de Valerón, situado en el municipio de Santa María de Guía en el norte de la Isla. Se trata de un espectacular orificio que aprovechando un amplio solapo que hace de cubierta natural, donde los antiguos canarios excavaron en el interior unas 300 cámaras o silos y algunos habitáculos, que servían de depósito.

Siguiendo la ruta de los yacimientos arqueológicos en el Sureste de la Isla podemos encontrar el conjunto troglodita de Cuatro Puertas a 300 metros sobre el nivel del mar. Se trata de un complejo poblado excavado en la toba. Su función parece no estar clara ya que pudo haber sido la sede de un personaje de rango especial, o un lugar de uso común, sea social o religioso, no así una vivienda corriente.

Además de la cueva se halla muy cerca un curioso almogarén (lugar generalmente elevado, bien acondicionado y confortable donde se celebraban los cultos religiosos).

Pintaderas

Pintaderas

Siguiendo con los asentamientos aborígenes no se debe dejar de visitar el barranco de Guayadeque, paraje natural de gran poblamiento aborigen, a juzgar por sus yacimientos y cuevas habitadas, o la Fortaleza de Ansite, ejemplo de poblado fortificado.

Su lado oriental presenta un importante número de cuevas naturales acondicionadas y otras labradas artificialmente en donde se observan cuevas viviendas, funerarias y silos. El conjunto está organizado en diferentes niveles comunicados entre sí por pasos y caminos como el original túnel que atraviesa el roque y que comunica las dos laderas del poblado. Pudo ser el último reducto aborigen de resistencia a las tropas castellanas antes de su conquista.

La población prehispánica de Gran Canaria se asentaba en grandes poblados de estructura semiurbana.

Gáldar (la Cueva Pintada) Telde (Cuatro Puertas) o Arguineguín tuvieron las mayores concentraciones de población.

Viviendas aborigenes

Viviendas aborigenes


Las cuevas eran la vivienda más frecuente, una tradición que hoy pervive en ciertas zonas del interior de la Isla, aunque también se han encontrado importantes zonas de viviendas con forma exterior redondeada y elaborada con grandes bloques de piedra seca y una cubierta de madera.

La economía de la población aborigen se basaba en la agricultura más que en la ganadería o la pesca.

De la cebada, alimento fundamental, elaboraban el gofio. Los silos, lugares acoplados en cuevas y en los que guardaban la producción agrícola es una nota característica que hoy pervive en la Isla.

Su estructura social era jerárquica. Por un lado los nobles con cargos hereditarios, con poder decisivo en la administración, economía y propietarios de tierras y ganado; y por el otro, los villanos a quienes el noble les otorgaba terrenos y ganado a cambio del pago en especias y servicios. El líder absoluto de la comunidad era el Guanarteme, mientras el Faycán era la segunda figura en importancia y responsable de los oficios y rituales religiosos; la Harimaguada era la figura femenina de la nobleza que se preservaba desde su infancia para compartir las mismas tareasque el Faycán.

Deidades e Idolos

Deidades e Idolos

El dios supremo de los aborígenes grancanarios era Acorán, a quien se le ofrecían sacrificios y ofrendas.

Museos y yacimientos arqueologicos en Gran Canaria