El Museo Insular de La Palma tiene su sede en el Real Convento de la Inmaculada Concepción de Santa Cruz de La Palma, fundado por la Orden Franciscana en 1508, que comparte con la Biblioteca Insular José Pérez Vidal y el Archivo General de La Palma. El edificio es el único recinto conventual de la isla de La Palma conservado en su integridad y estilísticamente sobresale por la sobriedad de sus líneas, marcadas por una austeridad en la ornamentación y la adopción de los modos de la llamada arquitectura tradicional canaria.
Su interior se articula a través de dos claustros; el más pequeño, hacia el norte y paralelo a la nave central de la iglesia conventual, está ornamentado con naranjos plantados por los jefes de Estado de diversos países europeos que se dieron cita en La Palma con motivo de la inauguración del Observatorio Astrofísico del Roque de los Muchachos en 1985.
El origen del Museo Insular de La Palma se encuentra en el antiguo Museo Provincial de Bellas Artes, al que se incorporaron luego otras secciones: Ciencias Naturales, cuyas piezas integraban parte del Museo de Etnografía y Ciencias Naturales creado por la sociedad Cosmológica en 1881, y Etnografía.
Sala de Bellas Artes. Formada en un primer momento a partir del fondo del Museo Provincial de Bellas Artes de Santa Cruz de La Palma, inaugurado en 1917 con una primera colección donada por el político y abogado palmero Pedro Poggio Álvarez (1863-1929), primer director nacional de Bellas Artes, formada por pintores españoles románticos, realistas y modernistas.
Hoy cuenta, además, con otros fondos complementarios, donados o adquiridos mediante compra por el Cabildo Insular de La Palma. Sobresale la Sala dedicada a la pintora expresionista palmera Carmen Arozena, que además de sus óleos y grabados, distribuye el fondo de las obras adscritas al Premio Internacional de Grabado que lleva el nombre de la artista. Asimismo, la colección Urs Baerlocher, compuesta por 322 pinturas, esculturas y grabados de artistas europeos de entre 1920 y 2010, sobresaliendo en ella las firmas adscritas a los movimiento de vanguardia como el Dadaísmo, el Expresionismo Abstracto, el Surrealismo y el Informalismo.
Sala de Ciencias Naturales. Ubicada en la antigua sala De Profundis y Refectorio conventuales, está integrada en su mayor parte por los fondos del Museo de Etnografía y Ciencias Naturales, cedidos por la sociedad Cosmológica, junto a otras colecciones minerales y zoológicas donadas posteriormente. Su conceptualización persigue trasladar al visitante a la museología decimonónica, que concebía el análisis del mundo natural en centros de estudio y gabinetes de coleccionista. Se trata de una secuencia de aves, mamíferos, reptiles, peces, corales y minerales de todo el mundo, formada gracias a la labor desarrollada por los socios cosmológicos y la tradición colectora palmera forjada con el avance de los estudios antropológicos operado en el siglo XIX. No menos importante ha sido en la configuración de esta sección la tradición taxidermista de La Palma, que hunde sus raíces en el Ochocientos.
Sala de Etnografía. Repartida entre la cocina del convento y dos de las habitaciones dedicadas a albergar las celdas, pueden distinguirse las siguientes agrupaciones temáticas:
Sala de Carpintería de Ribera, donde el visitante accede a la historia de la construcción naval, una de las principales fuentes de la economía industrial de la isla de La Palma durante los siglos XVI y XIX: desde maquetas de navíos, entre ellos, algunos veleros fundamentales de la ruta americana como la bricbarca La Verdad o el pailebot de cabotaje Juanito, hasta herramientas de trabajo o tipologías de nudos marineros.
Sala principal de Etnografía, en la que se presenta una amplia muestra de las artesanías y oficios tradicionales de la isla a lo largo de la historia: la cestería, la alfarería y cerámica, el textil, la agricultura, la ganadería, la gastronomía y la fábrica manual de cigarros puros. Se exhiben además varias acuarelas originales de asunto costumbrista firmadas por el pintor palmero Juan Bautista Fierro Vandewalle (1841-1930).
Sala de la seda, en la que se dan a conocer algunos útiles para la fábrica artesanal de este textil, que llegó a contar con varios taller simultáneos en muchos municipios de la isla y entre los que destaca la torcedora del siglo XVIII que llegó a pertenecer a la empresa Blas Carrillo y Compañía, cuya producción de sedas finas se exportaba a ciudades europeas como Lyon.